Redactado en el año 2012
Leónidas Cantillo nace en San José Costa Rica el 21 de Julio de 1979.
Su estudio inicial, se basa en las enseñanzas de su padre, Edwin Cantillo (1939-2009). Sin embargo, desde su infancia, se relacionó con diversos artistas, de diversas disciplinas que rodeaban siempre el “Atelier” de su mentor, con los cuales amplió su criterio plástico y conceptual.
En su adolescencia, dedicaba mucho tiempo trabajando en el taller de su padre, aplicando geso , haciendo bastidores, delineando bocetos, trabajando en sus obras. No fue hasta los 16 años que empezó a pintar sus primeros cuadros.
Su estudio se fundamentó en las directrices de su padre. “Recuerdo cuando el me llevaba esos pesados libros ilustrados de Veermer, Rembrandt, Botticelli, entre otros varios, y me decía; “para pintar, hay que estudiar a los maestros”. Mi madre, nos inculcaba la lectura y la espiritualidad como estandarte de su educación. Me dicen que soy autodidacta, pero siempre tuve una universidad a mi lado, gracias a mis padres. Mis títulos están pintados a mano.”
Las primeras obras de Leónidas, fueron estudios de paisajes, aunque pronto, agregó formas que rompían con la sencillez de la obviedad.
Su técnica fue evolucionando hasta perfeccionar el paisaje y la figura humana, para después buscar su propio estilo personal, desarrollando varios trabajos de temática surrealista, influenciado por sus artistas predilectos en esos años; Magritte, Dalí, Giorgio d'Chiricco y Max Ernst.
Al tiempo, fue introduciendo la geometría, como parte fundamental de su obra, en parte por herencia conceptual de su padre, en parte por tener más acceso a libros de arte geométrico y en parte porque su formación desde la niñez estaba rodeada de estos elementos.
Entre un período que comprende entre el año 2000 a 2003, mantuvo una línea de obras entre el surrealismo y la geometría, pero con una inclinación constante a los conceptos abstractos.
El 9 de Septimebre del 2002, recibió una carta del Instituto Mexiquense de Cultura, invitándolo a hacer una serie de exposiciones, en casas de cultura, del Estado de México, México. Allí inició sus primeras exposiciones de arte en el extranjero, y durante seis meses, a partir de octubre de ese año, mantuvo una serie de eventos de arte en la región.
Poco a poco fue descomponiendo sus conceptos en una abstracción mas libre, pero de amplios contrastes y volúmenes. Entro en una etapa que el artista llama, la “abstracción del surrealismo”. De alguna manera, iniciaba la búsqueda de su propia investigación pictórica, sin los parámetros enseñados.
Desde mediados del año 2003 hasta el 2007, podemos observar mayor libertad de composición, la utilización de formas orgánicas, colores mas puros, la tendencia a la abstracción pero con la utilización constante de rostros o figura humana estilizada.
La etapa de cambio de su obra coincide con su regreso de México, con lo que podemos alegar que fue causada por una fuerte influencia de las tendencias artísticas que pudo apreciar en el país, junto con la fascinación que le provocó el cambio cultural, la arquitectura colonial y contemporánea, el colorido particular de sus pueblos y el poder visitar una gran cantidad de museos de arte que nutrían su experiencia.
El artista queda con la inquietud de mayores experiencias en México, y vuelve en el año 2005. Esta vez, no solo pasea por las ciudades y pueblos, inicia una vida y se casa con una mexicana, violinista de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de México. Con ella tiene un hijo en el país. Se convierte en su segunda tierra, e inicia una nueva etapa en su vida.
Cantillo continua la evolución de su obra, con cambios constantes, pero con una linea creativa reconocible, y al paso de pocos años, es claramente observable la reintegración de la geometría en sus obras, pero desde otro punto de partida, mas intensa y libre.
Fue en Septiembre del 2008, cuando regresa con su familia a Costa Rica y empieza a definir su concepto pictórico basado en la estética científica y filosófica.
Dentro de esta temática personal, coexisten los elementos subjetivos, sin el deseo de representar realismo, pero partiendo de este para entender el porque ciertos elementos estéticos los son para una mayoría, como el tronco de un árbol, un rostro equilibrado, las montañas o un atardecer . Esa simbiosis entre materia, tiempo, espacio y mente-espíritu.
En su trabajo podemos apreciar la síntesis de la escena visual, abstrayendo y añadiendo percepciones propias. En algunas ocasiones agrega formas antropomorfas o cotidianas, utiliza también el retrato para imbuirlo de alguna manera, entre elementos geométricos, que dinamizan el sentido estético y racional del rostro, de manera que la figuración se vuelve parte de la abstracción.
Juega con los volúmenes, la luz y la sombra y los colores, en un conjunto de “objetos extrapolares”. Toma en cuenta los perfiles básicos de cosas comunes como un reloj, un botón, un desagüe, o una ventana y los transmuta a misteriosas formas que sugieren un camino distinto de observación de “existencia paralela”
“Un rostro o un árbol, son solo formas orgánicas que ya hemos asociado y convertido en nuestra realidad. En el arte, como en todas las cosas y pensamientos, todo es representativo, la realidad es subjetiva, toda obra es relativa según la interpretación. “Ver objetos o escenarios de otro tiempo y espacio, suele confundir a los diletantes y se vuelve de provecho especulativo para los intelectuales, esto ya lo sabían los cubistas, y generaron las corrientes abstractas geométricas, como el orfismo, o el suprematismo”.
Leónidas es un teórico introspectivo, en busca de un equilibrio entre la estética y el concepto, tratando de plasmar la esencia secreta de las cosas, como definía Aristóteles el arte.
Sus obras se reconocen con facilidad. Ha logrado un manejo muy personal, y es claro al observar la pincelada, su paleta, su estilo y personalidad.
A finales del 2010, el artista, ha sintetizado su obra en el predominio de los círculos, inicia un proyecto de ruptura del espacio, en donde las formas ya no están sujetas al lienzo rectángulo. La obra empieza a desbordarse, empieza a aplicar la pintura sobre lámina de manera, cuyas formas son libres y tangibles, la utilización de texturas, que en los últimos años ha tomado mayor importancia en sus obras y el relieve, que sugiere una influencia constructivista.
“La pintura no deja de ser imprescindible para mi, así como lo es todo mi trabajo. No creo que el arte deje de serlo por mantener parámetros. La creatividad y la autenticidad se puede apreciar en grafito, en pintura, así como en cambios dramáticos del concepto y el soporte o las herramientas tecnológicas actuales. Al final, cada quien define para si el arte. Estamos en tiempos de obras individuales, pero abrumados por los medios, en un mundo cada vez más globalizado. Somos influenciados por muchos factores, pero sintetizamos de manera personal y aportamos con nuestra síntesis, al ser, vivir y hacer de manera sincera y entregada.”
Escribió:
Arturo Castilla
(basado en los apuntes del artista)
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